Apple Watch vs. Industria Relojera Suiza

    No hay sitio para los dos en la misma muñeca

    Por Juanma Galván

    30,7 vs 21,1 millones de unidades. Estos son los apabullantes datos que, según la consultora Strategy Analytics, han resultado de la batalla entre el rey de los smartwatches y la centenaria tradición relojera. Las dos cifras hacen referencia a la cantidad de Apple Watches vendidos frente a las unidades de toda la industria relojera suiza. Hasta ahora nunca la primera había superado a la segunda.

    Llevamos ya unos cuantos años dándole vueltas al asunto. ¿Son los smartwatches una amenaza para la industria? ¿Podemos vivir de nuevo una situación parecida a la de la crisis del cuarzo? ¿Es el Apple Watch realmente un reloj? La sensación es que las respuestas que llevan ofreciéndonos los CEOs de las marcas suizas son como las que lanzan los políticos ante los asuntos incómodos: tan prefabricadas y estudiadas que terminan resultando forzadas.

    Excepto algunas marcas como TAG Heuer o Swatch, casi todas han negado que los smartwatches fueran una verdadera amenaza, negándole hasta la categoría de reloj. Incluso hemos escuchado argumentar que este nuevo invento sería una puerta de entrada a la alta relojería para los más jóvenes. Sea como fuere, parece que la batalla se va decantando a favor de los de Cupertino. Y, sea o no un reloj, el caso es que los dos aparatos ocupan el mismo espacio. No caben los dos en la misma muñeca.

    No podemos negar que estamos enfrentando dos productos que, en varios aspectos, son difícilmente comparables. Ni el precio ni, en la mayoría de las ocasiones, el público objetivo tienen nada que ver. Tampoco se puede comparar la relación que el cliente establece con cada uno de los dos productos. Ni, claro está, la historia que hay detrás de cada industria. Pero es evidente que las marcas suizas que trataron de subirse al carro de los smartwatches no han conseguido hacer sombra –ni de lejos- al gigante de la manzana, por mucha experiencia relojera que tuvieran detrás.

    Otro aspecto a tener en cuenta es el generacional. Las mini computadoras de muñeca triunfan entre los jóvenes, mientras que las grandes piezas relojeras siguen siendo del gusto de los más mayores (gente que, todo hay que decirlo, es posible que hace 50 años tuvieran un reloj de cuarzo).

    La esperanza para la alta relojería radica en su centenaria historia de éxitos. Además de haber superado diversas adversidades en los últimos siglos, el producto ha ido cambiando sin estridencias. En cambio, los inventos tecnológicos, en muchos casos, desaparecen tan rápido como surgen. Seguro que, dentro de 50 o cien años, los relojes mecánicos siguen estando en la muñeca, pero a saber dónde llevamos esa mini computadora. Aventuramos que, en la muñeca, seguro que no.

     Apple Watch   

    Año 2018 (22,5)

    Año 2019 (30,7)

    Variación porcentual +36%

     

    Industria relojera suiza  

    Año 2018 (24,2%)

    Año 2019 (21,1%)

    Variación porcentual -13%

     

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