Zaim Kamal. Director Creativo de Montblanc

    “No somos una empresa tradicional, somos una marca con herencia”

    Por Juanma Galván

    La primera vez que uno ve el pelo canoso y largo de Zaim Kamal le llama la atención. Cuando sabe que es el Director Creativo de Montblanc, no se sorprende. Y cuando le ve en ocasiones sucesivas, lo acoge como un rostro familiar, sobre todo si se ha tenido la suerte de conversar con él. Kamal es todo pasión, por el diseño y por Montblanc. Y, además, no escatima en sus respuestas ni racanea minutos en la entrevista. Escuchemos a Zaim Kamal hablar sobre su profesión y el fruto de su trabajo: los relojes Montblanc.

    Tú vienes del mundo de la moda. ¿Cómo fue pasar de ese mundo a una marca relojera como Montblanc?

    Eso fue ya hace mucho tiempo, de hecho, fue mi punto de partida. Yo trabajé en accesorios, y eso fue lo que me preparó para llegar a Montblanc. Diseñar collares, bolsos o piezas de joyería me hizo tener la sensación de que en realidad no había cambiado nada. Además, siempre fui usuario de los productos Montblanc, así que no me costó nada adaptarme. Pensé que era una suerte trabajar con productos que, de la misma forma que me habían inspirado a mí, podrían inspirar a otros.

    Cuando entré en Montblanc me di cuenta de la riqueza que atesora esta marca. No es solo una manufactura de relojes, instrumentos de escritura o de piel, detrás hay un equipo de diseño magnífico y unos artesanos espectaculares. Esto me fascinó entonces, y lo sigue haciendo hoy en día.

    Por lo tanto, fue fácil decir sí cuando te pidieron que te unieras a Montblanc…

    Dije “F… Yes!”. No me arrepiento absolutamente nada.

    ¿Existen las tendencias en el mundo de la relojería?

    Depende de cómo definas el concepto “tendencia”. Una tendencia puede ser un color, una forma o un material, pero también puede ser un comportamiento, una actitud o una percepción. La primera concepción es importante, pero lo es más la segunda. Debemos estar atentos a cómo el mundo cambia. Por ejemplo, antes el hombre de negocios iba siempre vestido igual, pero los negocios han cambiado, y con ese cambio, ha variado también la forma en que los empresarios visten. Ahora no es necesario llevar un traje para ser alguien excepcional, lo importante es lo que sabes y lo que haces. Eso trae como consecuencia que ahora se usen distintas vestimentas y, por lo tanto, distintos relojes. Todo es más fluido, todo está más mezclado, y todo se basa en la intuición. Cuando entiendes esto ya sabes por dónde tienes que empezar a trabajar.

    Se nota que te gusta trabajar, pero también jugar, pensar…

    Soy diseñador no porque tuviera que serlo, sino porque quise serlo.

    ¿Cómo es el proceso de combinar las piezas del archivo de Montblanc con las innovaciones tecnológicas?

    Acostumbramos a consultar los archivos de Montblanc con mucha asiduidad. A veces ves algo interesante y empiezas a jugar con eso, pero nunca sabes a dónde te va a llevar el proceso. Por ejemplo, vimos que el modelo 1858 era una pieza interesante y empezamos a darle vueltas. Es una pieza diseñada en los años treinta, con los mejores materiales de entonces, pero necesitábamos traerla al presente. ¿Qué debíamos hacer? Los archivos nos sirvieron de inspiración, y lo que hicimos fue aplicar nuestros conocimientos y los materiales del siglo XXI para darle a ese modelo una nueva expresión, un nuevo estilo.

    ¿Cómo coexisten la innovación y la tradición en Montblanc?

    No considero que seamos una “maison” tradicional, sino una empresa con herencia. La tradición tiene reglas, y con las reglas solo tienes dos opciones: seguirlas o romperlas. La herencia no tiene reglas, tiene valores. Estamos en constante evolución, estamos atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, y por eso funciona y tenemos una trayectoria tan larga. Hay pocas manufacturas que puedan decir que su historia ha sido exitosa de forma ininterrumpida.

    ¿Cuáles crees que son los factores que hacen que, hoy en día, alguien se decida por un reloj y no por otro?

    Quien hoy compra un reloj no lo hace por necesidad. Eso ya no pasa, y ese es el motivo por el que los relojes no desaparecerán. Si preguntas a diez personas el motivo por el que eligieron su reloj mecánico, solo una te dirá que fue por su precisión o por el hecho de que solo tengas que ajustarlo una vez cada cien años. La mayoría dirán que lo eligieron porque les sienta bien, porque fue un regalo, porque siempre deseó tenerlo… Siempre hay una relación íntima con el reloj, por eso, cuando te lo pruebas en una tienda, esperas sentir una conexión personal con la pieza.

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