A. Lange & Söhne: Datograph, luces y acción

     

    Parco pero contundente.Uno de los guardatiempos más precisos de la industria relojera cumple 20 años de su creación y encuentra nuevo motivo para brillar desde las sombras
     
    Por: Etxenara Mendicoa
     
    Cierre los ojos. Recuerde por un momento el rato que estuvo, alguna vez, en una estancia oscura iluminada solamente con la luz de un acuario. Es dulce y magnética. Tiene un efecto sosegador y, al mismo tiempo, intrigante. Así puede parecer el efecto luminiscente patentado por la marca alemana A. Lange & Söhne y que a partir de ahora se puede encontrar en el nuevo Datograph Up/Down Lumen. El resultado es una pieza clásica -máquina impoluta y discreta, como ya la marca nos tiene acostumbrados- pero con una atrevida evocación futurista en la oscuridad. Como si hubiera pisado un acelerador en la historia relojera.

    La velocidad y las pasiones que desata son normalmente inspiración para cualquier cronógrafo, pero A. Lange & Söhne no es cualquier casa relojera así que su interpretación del cronógrafo en el Datograph ha puesto a los grandes especialistas de la competencia a pensar. El modelo nació hace 20 años, que se cumplirán en este 2019, y todavía es una referencia para la micromecánica, por eso la marca no lo saca de los archivos en vano: es apenas la cuarta pieza a la que editan en la versión Lumen, y esto por tratarse de un cronógrafo tan valioso es una apuesta segura por partida doble, el termómetro del mercado comenzará a subir sin duda.

    El éxito del Datograph Up/Down radica en la precisión de su maquinaria con sistema flyback y totalizador exacto de minutos saltantes en el cronógrafo, el indicador de reserva de marcha que muestra cuántas de sus 60 horas de totales de trabajo restan. Pero la versión conmemorativa para la serie Lumen tiene también mérito propio

    No es otra luz verde

    Para quienes no conozcan los tres modelos anteriores que han llevado este apellido, Lumen es la serie que ha llevado este material luminiscente, la luz verde, que aplicó A. Lange & Söhne para tener lectura del reloj en modo nocturno -sí, como lo ha hecho el resto de las marcas más comerciales- pero sin ser invasiva. Tenía que ser una fórmula que no cansara a la vista, por eso el material fosforescente tiene ese color más apagado que los típicos recubrimientos que se ven en otros relojes.

    Este material en un cronógrafo, para justificar que tiene lectura en la oscuridad, debe revestir las agujas de las horas y los minutos, el anillo periférico de escala de minutos y el tacómetro con apliques. Eso está cubierto también por el Datograph, sólo que las subesferas de segundos y minutos del cronógrafo están forradas por entero con esta masa para que se puedan leer con exactitud, a diferencia de lo que hacen tradicionalmente otras manufacturas que sólo resaltan las agujas de estos subdiales. También el indicador de reserva de marcha está aplicado y la aguja del flyback, haciendo que todas las funciones queden activas en medio de la noche.

    Hasta allí vemos un tratamiento de luminiscencia superficial típico que se recarga con la luz cotidiana, trabajado en aplicas que estarán sobre la esfera. Sólo queda pensar en la llamada gran fecha, que en el caso del diseño original es la firma estética del modelo y de la casa A. Lange & Söhne, un detalle que es completamente innegociable a la hora de adaptar el reloj.

    La gran fecha trabaja con un sistema que marca las decenas y las unidades en dos ventanas distintas; las decenas con una cruz en la que se suceden los nùmeros del 1 al 3, además de un recuadro en blanco, y las unidades con un disco con los números que van rotando del 0 al 9. Como los números sólo están bajo la esfera normalmente, no tienen la oportunidad de recargarse con luz antes de que deban ser expuestos, por lo que el material no tendría carga suficiente a las doce de la noche, por ejemplo, justo cuando la fecha debe cambiar. Por eso los relojes de la serie Lumen, como ahora también el Datograph, tienen esferas semitransparentes o de cuarzo ahumado, que deja ver parte de este espectacular mecanismo y permea la luz ultravioleta hasta la masa fosforescente.

    Estos sencillos trucos de magia parecen muy obvios en una actualidad como la nuestra, ya anestesiada ante cualquier prodigio visual, pero a veces no hace falta más que apagar la luz y apreciar el esmero por los detalles, el respeto por los códigos mecánicos, la integridad de los relojes de A. Lange & Söhne por llevar su herencia decimonónica y aún poder sorprendernos.

    El mago

    El calibre L951.7 es el gran venerado por todos los especialistas en la materia, coinciden en que es una de las obras maestras más difíciles de superar en materia de cronógrafos. Es un movimiento creado por la casa para hacer sentir muy fuerte su posición en cuanto a maestría relojera y es lo que hace a este reloj sumamente preciso:

    -Tiene 454 piezas

    -Tiene una configuración de rueda de columna, total control sobre funciones del cronógrafo

    -Función de Flyback: en un solo pulsador se detiene la medición del tiempo, se vuelve a cero y se comienza otra medición.

    -Totalizador exacto de los minutos saltantes del cronógrafo: sólo salta una división en el momento en que la aguja central del cronógrafo termina los 60 segundos. Incluso cuando la medición se detiene justo en ese instante.

    -Indicador Up/Down: muestra cuánta carga le resta al mecanismo de un total de 60 horas

     

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