En plena celebración por los primeros 20 años del icónico reloj Big Bang, famoso en la industria por haber sido el primero en combinar oro con caucho, conversamos con el director de investigación y desarrollo de la manufactura sobre la curiosidad como motor de trabajo
Por: Etxenara Mendicoa
OT: Entremos en materia. Explícanos de qué se trata el Magic Gold y qué significa para Hublot
El Magic Gold es oro de 18 quilates, es decir 750 x 1000. Eso significa que por un kilogramo de aleación hay 750 gramos de oro puro. Los 250 gramos restantes por kilo, eso es otra cosa. Su principal propiedad es ser resistente a los arañazos.
¿Y por qué esto ocurre? Bueno, porque los 250 gramos restantes que estaban disponibles, añadimos cerámica. Pero no es un tipo estándar, es una cerámica que llamamos carburo de borde, el segundo material más duro del mundo después del diamante. Así que hicimos una especie de matriz de esponja hecha de carburo de borde extremadamente duro, con pequeños agujeros dentro de las porosidades e infiltramos oro puro en su interior.
Entonces, las juntamos en instalaciones que hicimos internamente. Una vez que están juntas, cada una tiene una micra o tres micras, así que es 10 veces más pequeño, y eso es simplemente irrayable, porque cuando vienes con una herramienta, una llave inglesa, una barandilla de escalera y lo tocas, pero no lo raya porque está retenido por la cerámica. Ese es el Magic Gold.
Durante tres siglos, la relojería ha estado intentando hacer oro a prueba de arañazos sin éxito. Y teníamos este pequeño truco de poner carburo de borde en cerámica. Entonces todos los medios, todos los periodistas hablaban de Hublot diciendo: “¡Wao, es brillante!” Rolex estaba trabajando en algo idéntico. Pero todos querían el oro irrayable; y es genial porque cuando vas a una tienda y compras un reloj de oro, sales de la tienda, lo usas un día y ya tiene rayaduras.
OT: ¿Podríamos decir que ese es el punto en el que investigación en materiales se convirtió en la clave de marketing para que todo el mundo conociera Hublot?
Ciertamente. Mi teoría es que para los medios fue como si la manufactura hubiera recibido un cinturón negro en materiales, pero inmediatamente, sin tener cinturones blancos y pasando todos los cinturones para tener una evolución en los productos y los materiales. Es como si tuviéramos el cinturón negro en todas las artes marciales sin haber pasado jamás por el primer campeonato. Es el arranque de los materiales en Hublot porque teníamos eso. Así que fuimos geniales.
Pero la pregunta era: ¿qué hacemos después? Todo está en los materiales. Así que tuvimos que encontrar algo súper especial cada vez para ser los primeros en hacer algo. Y ese es el espíritu con Jean Claude Biver, quien es un verdadero amigo, donde comenzamos a decir: los materiales van a ser los rieles, los rieles de Hublot en innovación.
OT: En Hublot ha sido muy importante la maestría que han demostrado como líderes en el manejo de un material tan difícil como la cerámica. Háblanos de estos desafíos, ¿por qué es tan difícil trabajar con cerámica?
Después del Magic Gold, nos estábamos preguntando qué íbamos a hacer a continuación. Estaba en conversaciones con Jean Claude Biver en Ferrari, y nos dijeron que no teniamos suficientes tiendas, porque aún eramos muy pequeños. El Sr. Biver le dijo: «Sí, pero ¿si fabricamos un material especial con rojo Ferrari y amarillo Ferrari?”.
Pero en ese momento nosotros, el equipo de investigación y desarrollo, nunca habíamos tocado cerámicas coloreadas. Así que fuimos con a Japón y Corea, porque allá estaban los especialistas en cerámica coloreada. Fueron muy amables, pero con una pequeña sonrisa, nos dijeron que aún no habían encontrado cerámica coloreada. Pero dijimos que lo intentaríamos de todos modos.
Empezamos sin ningún conocimiento de cerámica de color. Y eso es lo genial. Nos convertimos en especialistas, pero al principio, éramos como niños pequeños diciendo: “Ah, tomaremos esta cerámica, tomaremos colores aquí, lo intentaremos”.
Luego recorrimos caminos donde nadie había ido antes y logramos hacer cerámica roja, cerámica amarilla, fuimos a Ferrari. Entonces fue genial. Y empezamos a ver los contratos con ellos y unos años de colaboración, lo cual fue fantástico.
Ahí lo tienen, así es como todo el equipo de investigación y desarrollo se especializó gradualmente en cerámica y nos volvimos tan expertos que presentamos patentes. Las patentes duran 20 o 25 años, siendo los únicos que fabricamos cerámica roja y amarilla, pero con colores brillantes. Así nació el proyecto y la experiencia de Hublot en cerámica.
OT: También debemos hablar acerca del éxito de la marca construyendo cajas enteras de zafiro, desarrollar mecanismos adentro de estas cajas, que esto pueda perdurar en el tiempo y además llevar este zafiro a tener colores específicos.
La historia es idéntica a la de la cerámica. En Hublot, al principio, no sabíamos nada del zafiro. El señor Biver dijo, en aquel momento, que sería bueno que hiciéramos zafiro. Entonces, investigamos un poco y vimos que había gente capaz de fabricar zafiro transparente. Luego aparecieron uno o dos colores, y dijimos: “quizás podamos hacerlo en casa”.
Así que, en primer lugar, teníamos que encontrar una tecnología para estudiarlo; por eso, compramos una rusa muy antigua, que había viajado mucho por el mundo, pero que tenía 50 años. Empezamos a aprender qué era el zafiro, cómo funcionaba. Aprendimos, como con la cerámica, paso a paso, y fuimos por un camino que poca gente frecuentaba, porque los especialistas nunca recorren esos pequeños caminos rurales donde podemos encontrar cosas interesantes.
Es como en un restaurante, los materiales son como cocinar: si tienes platos y haces un análisis de lo que hay en la salsa, te dará 30 productos que están en la salsa y estás contento.
Cuando ponemos los despojos en el zafiro, en la cerámica, en los materiales en general. Siempre es así, tienes que hacer el trabajo. No puedes simplemente tomar una receta y copiarla. Hay que entender qué hace cada elemento que se añade y cuándo se va a añadir. Así fue como logramos desarrollar colores que no existían, y los especialistas en materiales dijeron: “¡Genial!”. ¿Cómo lo hicieron?” Y, en general, bueno, no decimos nada porque queremos que se quede en Hublot