El 19Thirsty de Bovet conmemora un décimo aniversario con una edición especial.
Desde su lanzamiento en junio de 2015, cuando se presentó por primera vez, este reloj reflejó la historia de la casa, rindiendo homenaje a un momento en el que la industria relojera experimentaba una auténtica transformación, cuando los relojes de bolsillo se abrían paso en la muñeca.
Este reloj se inspira directamente en los códigos estéticos de un reloj de Bovet de la década de 1930: el cronómetro de caballete, uno de los últimos relojes de bolsillo fabricados por BOVET antes de la generalización de los relojes de pulsera.
El reloj original contaba con una esfera de cinco piezas, acabados especiales y una estética muy clásica, esta edición especial es minimalista, fresca e innegablemente atractiva.
La edición del 10.º aniversario combina a la perfección la artesanía tradicional con el diseño contemporáneo, presentando una esfera más elegante que atrae a un público más joven, a la vez que conserva el carácter distintivo de la colección.
Estas ediciones limitadas son muy parecidos a la versión original: la caja Fleurier, con sus asas en forma de barra T y la corona a las 12, sigue siendo el elemento distintivo del reloj, y las dimensiones —42 mm de diámetro y 9,05 mm de grosor— permanecen inalteradas.
19Thirsty de Bovet tiene una esfera novedosa
El 19Thirsty de Bovet presenta una gran novedad en sí mismas.
Estos nuevos modelos presentan una interpretación minimalista del diseño del 19Thirty, ofreciendo un aspecto elegante destinado a atraer a un público más joven. Las tres son esferas lacadas: una en un rico verde oliva llamado In The Dusk, otra en un intenso azul y, finalmente, una versión negra denominada Queen of Trees que incluye destellantes inclusiones.
El movimiento de manufactura propia que impulsa el reloj, visible a través del fondo de cristal de zafiro (innovador en BOVET en el siglo XIX), tiene un acabado comparable a las complicaciones más exigentes de BOVET y cuenta con 7 días de reserva de marcha con un solo barrilete.
Más del 95 % de los componentes se fabrican internamente en las instalaciones de Tramelan, y todos los relojes se someten a nuevas pruebas y su ensamblaje final se lleva a cabo en el castillo de BOVET en Môtiers.