Page 30 - ONTIME 62
P. 30

PORTADA
¿Qué tiene el Laureato que se ve tan distinto? Se enciende a los ojos de quien lo mira como si fuera la primera vez. Definitivamente, es un reloj con otro espíritu: parece fuerte, voluminoso, masculino, imponente.
No faltaría razón, este es el mismo modelo icónico de Girard-Perregaux que nació en 1975 pero reeditado en este nuevo título, el Laureato Absolute Chronograph, alfil de una nueva subcolección que a todas luces busca tentar a un nuevo público, ávido de propuestas vibrantes y frescas, pero también amparadas por más de dos siglos de patrimonio histórico relojero suizo como el que tiene esta manufactura.
El CEO anterior, Antonio Calce, en su paso por
el grupo Kering -el conglomerado de lujo al que pertenece esta marca- se propuso en 2016 recuperar este modelo que estaba en desuso, casi fuera del catálogo. Después del relanzamiento y la buena receptividad de la crítica, los estrategas de la manufactura avanzaron con él hacia esta curiosa versión de 2019 que se beneficia de unas mejoras sustanciales en su rendimiento y un diseño que rebasa las líneas clásicas del modelo que conocíamos. Las reinventa, las trae a un nuevo siglo, e inclusive, les da un nuevo aire desenfadado y atrevido.
La nueva línea abre su propio capítulo con tres relojes: Laureato Absolute, Laureato Absolute WW.TC y Laureato Absolute Chronograph, que es precisamente el que vamos a conocer más a fondo en esta entrega.
¿CIRUGÍA O MAQUILLAJE?
De todo, como cuando se quiere emitir un mensaje de cambio claro y fuerte. El Laureato Absolute Chronograph tiene ahora una caja de 44 mm. Un reloj voluminoso, venga de donde venga. Con esta caja tan grande y negra, gracias a su cubrimiento de PVD, su aspecto se robustece aún más porque este Laureato es fiel a su firma arquitectónica en la que el bisel del reloj prácticamente se funde con el brazalete, que en este caso es de caucho negro también. Parece un solo bloque que se adhiere
de forma natural a la muñeca. El tamaño crecido no se siente al probarlo, porque su nueva caja de titanio lo hace ligero.
Las muñecas, ahora con el Laureato Absolute, también son otra cosa, porque su caucho
tiene grabadas las palabras Girard y Perregaux, respectivamente, en cada tira del brazalete. Es un letrero enorme, no es la primera marca en usarlo, pero realmente sorprende en GP y lo sube al avión de los guardatiempos de moda.
La vista se posa inevitablemente sobre su esfera, que es azul eléctrico -el color de las últimas tendencias-
pero con un acento misterioso, casi espectral. El dial está trabajado con un degradé que va desde casi negro en los bordes hasta azul intenso en el centro, de allí el efecto visual magnético. La lectura de los subdiales del cronógrafo es limpia: contadores de 12 horas, minutos y segundos cronógrafos. El mismo tratamiento sobre el taquímetro, los índices y las agujas, de un color claro revestido en Superluminova para que pueda leerse también en la oscuridad.
Resalta un aro que parece una luz azul alrededor de la esfera, justo en la unión con
el cristal de cuarzo que la protege y es un excelente recordatorio. El Laureato, en su intención consumada de reloj deportivo, hace décadas, llevaba un delgado aro de goma para garantizar su hermeticidad. En los diseños que le sucedieron, esta goma desapareció y también su estanqueidad, fue un paseo por una postura más elegante. No obstante, la hermeticidad con la que aparece este Laureato Absolute es casi de sumergible, 300 metros de profundidad recordados por ese fino hilo azul que ya no necesita artilugios de otro tipo.
Está listo para verdadera acción y no solo una evocación de la aventura. Los usuarios de cronógrafos se muestran agradecidos cuando encuentran una pieza que soporta ser usada en
su complicación. Que el dueño del reloj realmente detenga el mecanismo un sinfín de veces, lo ponga a cero y mida todos los eventos que necesite. Que viva la experiencia de usar un cronógrafo. Los pulsadores del Laureato Absolute Chronograph son ahora más angulares y están ajustados con curvaturas ergonómicas para calzar bien la yema de los dedos, y tienen un ribete azul en su borde para ayudar aún más a resaltarlos.
EN LO PROFUNDO
En lo profundo del Laureato Absolute Chronograph late el calibre GP033001058-1058 con 419 componentes, reserva de marcha de 46 horas y decorado con Cotes de Geneve. Lo más importante: totalmente hecho en la casa de La Chaux-de-Fonds, y eso significa mucho tratándose de Girard-Perregaux.
No sólo es una manufactura con más de dos siglos de trabajo, sino que además la fama que les precede es la de ser una de las relojerías
más precisas que se conoce. Su empuje por lograr calibres sólidos y de mucha precisión ha marcado tanta huella que fueron los primeros en producir mecanismos de cuarzo en gran escala, de hecho el Laureato original fue receptáculo del segundo movimiento de este tipo producido en la manufactura. Sus cronógrafos fueron de los primeros en obtener la certificación C.O.S.C. Una etapa fastuosa para Girard-Perregaux, que centraba sus recursos en su departamento de investigación y desarrollo -dicen que fue la primera fábrica relojera en tener uno- y que no dudó ni un momento en llevar al producto suizo de la mano con las más novedosas tecnologías.
Con este Laureato sale de su zona de confort, deja descolocados a sus consumidores tradicionales y tradicionalistas y apuesta todo por ganar nuevas generaciones. Ya su CEO actual, Patrick Pruniaux, que trae una gran escuela desde Apple y es una premonición de esta actualización acelerada de la marca. Hacia nuevas formas de comercialización, nuevas tecnologías y nueva experiencia de marca. Con esta combinación
de producto y una mezcla de mercadeo igual de poderosa, Girard-Perregaux sin duda pronto estará de vuelta en posición de vanguardia.
 | 32 | PRIMAVERA 2019
        










































































   28   29   30   31   32